“No es el que me dice: ¡Señor!, ¡Señor!, el que entrara en el Reino de los Cielos, sino el que
hace la voluntad de mi Padre del Cielo. El que escucha mis palabras y las practica es como un hombre inteligente que edifico su casa sobre la roca. Cayo la lluvia a torrentes, sopló el viento huracanado contra la casa, pero la casa no se derrumbó, porque tenía los cimientos sobre la roca.
Palabra del Señor.