Hijitos, no amemos con puras palabras y de labios afuera, sino verdaderamente y con obras.
Esto nos dará la certeza de que somos de la verdad y se tranquilizara nuestra conciencia
delante de él cada vez que nuestra conciencia nos reproche, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y lo conoce todo.
Y si nuestra conciencia no nos condena, queridos, acerquémonos a Dios con toda confianza.
Entonces, cualquier cosa que pidamos, Dios nos escuchara, ya que guardamos sus mandatos Y procuramos hacer lo que es de su agrado.
Su mandato es que creamos en el Nombre de su Hijo Jesucristo y que nos amemos los unos a los otros, tal como él nos tiene ordenado.
El que guarda sus mandatos permanece en Dios y Dios en él. Y por el Espíritu que Dios nos ha dado sabemos que el permanece en nosotros.
Palabra de Dios