Después dijo Yavé: “No es bueno que el hombre esté solo. Haré pues, un ser semejante a él
para que lo ayude”. Yavé entonces formó de la tierra todos los animales del campo y todas las
aves del cielo y los llevó ante el hombre para que les pusiera nombre. Y cada ser viviente había
de llamarse como el hombre lo había llamado.
El hombre puso nombres a todos los animales, a las aves del cielo y a las fieras salvajes. Pero no
se encontró en ellos un ser semejante a él para que lo ayudara. ;
pero no hubo ningún ser semejante a Adán para ayudarlo.
Entonces Yave hizo caer en un profundo sueño al hombre y este se durmió. Y le saco una de sus
costillas, tapando el hueco con carne.
De la costilla que Yave había sacado al hombre, formo una mujer y la llevo ante el hombre.
Entonces el hombre exclamo:
“Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada varona porque del
varón ha sido tomada”.
Por eso el hombre deja a sus padres para unirse a una mujer, y formar con ella un solo ser.
Palabra de Dios.