Hay una fábula que gustaba repetir al Cardenal Bergoglio con motivo de la Cuaresma. A continuación, presentamos el texto y algunas preguntas del entonces arzobispo de Buenos Aires:
"Dice que unos chicos estaban subiendo una montaña y encontraron un huevo de águila y se lo llevaron a la casa. Cuando bajaron vieron que en el gallinero de la casa había una pava que estaba incubando y entonces le metieron el huevo de águila debajo de la pava con los huevos que ella tenía de sus futuros chicos. Y bueno, nacieron los pichoncitos todos iguales pero a medida que crecían se fueron diferenciando. Hasta que ya empezaron a tener cierta autonomía y los de la pava jugaban con el agua y el pichón de águila no lo sabía hacer pero estaba ahí, entre ellos; y cada vez que veía un águila volar sentía algo adentro que le tiraba arriba pero no podía... Estaba entre los pavos. Estaba en la pavada...
¿Tú cómo estás? Tú que tienes vocación de águila, de encuentro con Jesucristo... ¿para qué vives? ¿Para la mundanidad? ¿Para la apariencia? Pensémoslo todos, es un mensaje para todos... ¿Quieres volar al mensaje de Jesucristo, ya desde ahora viviendo en plenitud o quieres vivir la pavada, en la superficialidad?"