¿Qué es el Documento de Voluntades Anticipadas? DOCUMENTO
La Ley valenciana define que el Documento de Voluntades Anticipadas
(también llamado Instrucciones Previas o Testamento Vital) es el escrito en
el que la persona, mayor de edad, cuya capacidad no haya sido modificada
judicialmente en el momento de la inscripción del documento y actúe libremente,
manifiesta las instrucciones que sobre las actuaciones clínicas se deben tener
en cuenta para cuando se encuentre en una situación en la que las
circunstancias que concurran no le permitan expresar libremente su voluntad.
La Conferencia Episcopal Española invita a firmar este documento, que es la
expresión escrita de la voluntad de un paciente sobre los tratamientos médicos
que desea recibir, o no está dispuesto a aceptar, en la fase final de su vida. El
testamento vital también especifica que se administren los tratamientos
adecuados para paliar los sufrimientos, pero que no se aplique la eutanasia.
Además, se solicita una atención espiritual.
Dejamos varios ejemplares de la Biblia a disposición de los Feligreses.
En el altar de San Roque, se encuentran varios ejemplares para poder leer la Palabra de Dios. Usadlos, pero después dejadlos para que otros lo puedan usar.
«El hombre tiene que imitar a Dios tanto trabajando como descansando, dado que Dios mismo ha querido presentarle la propia obra creadora bajo la forma del trabajo y del descanso» (Juan Pablo II)
Algunas consideraciones a propósito del tema...
Jesús también descansó con los suyos
Explicaba Benedicto XVI a los sacerdotes un pasaje del Señor con los apóstoles: "Recordemos una escena de Marcos, capítulo 6, donde los discípulos están «estresados», quieren hacerlo todo, y el Señor les dice: «Venid también vosotros aparte, para descansar un poco» (cf. Mc 6, 31). También esto es trabajo —diría— pastoral: encontrar y tener la humildad, la valentía de descansar. Por lo tanto, pienso que el celo por el Señor, el amor al Señor, nos muestra las prioridades, las opciones; nos ayuda a encontrar el camino."
Aprender a descansar
Somos limitados y débiles. A veces quisiéramos seguir trabajando, estudiando o sirviendo, pero las energías no dan para más. Hay que reconocer que no podemos hacer todo y que necesitamos tiempos y espacios de descanso.
Saber descansar es un arte y hay mucha gente que no lo sabe hacer. Porque no consiste necesariamente en no hacer nada, sino hacer lo que realmente nos hace recobrar nuevas energías, en el cuerpo y en el espíritu.
Cada quien tiene su forma de descansar, según sus necesidades personales.
Contemplar la naturaleza, convivir con la familia y los amigos, ver un buen programa de televisión o una buena película, ir al teatro, leer el periódico o una novela que sea positiva, conocer otros lugares, hacer deporte o ejercicio físico, practicar un juego de mesa, etc., son otras tantas formas de descansar, de acuerdo a los gustos, necesidades y requerimientos de cada uno. Cambiar de actividad es una buena forma de descansar.
Las parrandas, las fiestas y algunos paseos no siempre descansan, sino que producen el efecto contrario.
Por otra parte, el descanso no es tal si antes no se ha cansado uno, trabajando duramente. Descansar sin haberse cansado es un aburrimiento y una pérdida de tiempo.
Finalmente, el descanso no es un valor absoluto. Muchas veces hay que renunciar a él, porque hay urgencias de amor y servicio al prójimo, que no se pueden posponer. En esos casos, hay que olvidarse de sí mismo y atender a quien nos necesita (cf Mc 6,31-34). Ya nos llegará el descanso eterno (cf Hebr 4,10-11; Apoc 14,13).
Remedios contra la tristeza
El mayor cansancio es aquel que engendra pesadez en el ánimo, por esto, es necesario poner remedios a la tristeza. Es curioso, como Santo Tomás de Aquino, el gran teólogo de la Edad Media, aconseja a quienes sufren, entre otras cosas, que no se rompan la cabeza con argumentos, ni leer, ni escribir; antes que nada, propone algo tan sencillo como tomar un baño, dormir y hablar con un amigo.
Tiempo de educar
El tiempo de verano, que está marcado por el descanso laboral y escolar, es un tiempo de estar en familia y, por tanto, de educar. Es fácil caer en la tentación de bajar los brazos por el cansancio de todo un curso; pero los hijos necesitan también ser alentados y corregidos en este tiempo.
Al igual, que otros campos –como la comida, la higiene,...- el tiempo de vacaciones también es momento de educar. Enseñar a los hijos a descansar, a jugar, a sacar algún tiempo de estudio,... constituye parte del arte de educar.
En el decreto del Papa Francisco para incorporar a San José en las Plegarias Eucarísiticas, se dice de él:
"En el paterno cuidado de Jesús, que San José de Nazaret desempeñó, colocado como cabeza de la Familia del Señor, respondió generosamente a la gracia, cumpliendo la misión recibida en la economía de la salvación y, uniéndose plenamente a los comienzos de los misterios de la salvación humana, se ha convertido en modelo ejemplar de la entrega humilde llevada a la perfección en la vida cristiana, y testimonio de las virtudes corrientes, sencillas y humanas, necesarias para que los hombres sean honestos y verdaderos seguidores de Cristo. Este hombre Justo, que ha cuidado amorosamente de la Madre de Dios y se ha dedicado con alegría a la educación de Jesucristo, se ha convertido en el custodio del tesoro más precioso de Dios Padre, y ha sido constantemente venerado por el pueblo de Dios, a lo largo de los siglos, como protector del cuerpo místico, que es la Iglesia. "
La Bienaventuranzas son el centro del Sermón de la Montaña, recogido por varios evangelistas. A continuación, presentamos este programa de vida cristiano y una explicación de Benedicto XVI-
"Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos ,porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros."
Explicaba el Papa Benedicto XVI en el primer volumen de Jesús de Nazareth :"Cada una de las afirmaciones de las Bienaventuranzas nacen de la mirada dirigida a los discípulos; describen, por así decirlo, su situación fáctica: son pobres, están hambrientos, lloran, son odiados y perseguidos (cf. Lc 6, 20ss)"
Y proseguía: "Las paradojas que Jesús presenta en las Bienaventuranzas expresan la auténtica situación del creyente en el mundo, tal como las ha descrito Pablo repetidas veces a la luz de su experiencia de vida y sufrimiento como apóstol: «Somos los impostores que dicen la verdad, los desconocidos conocidos de sobra, los moribundos que están bien vivos, los sentenciados nunca ajusticiados, los afligidos siempre alegres, los pobres que enriquecen a muchos, los necesitados que todo lo poseen» (2 Co 6, 8-10). «Nos aprietan por todos los lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados pero no abandonados; nos derriban pero no nos rematan.» (2 Co 4, 8-10). Lo que en las Bienaventuranzas del Evangelio de Lucas es consuelo y promesa, en Pablo es experiencia viva del Apóstol. Se siente «el último», como un condenado a muerte y convertido en espectáculo para el mundo, sin patria, insultado, denostado (cf. 1 Co 4, 9-13). Y a pesar de todo experimenta una alegría sin límites; precisamente como quien se ha entregado, quien se ha dado a sí mismo para llevar a Cristo a los hombres, experimenta la íntima relación entre cruz y resurrección: estamos expuestos a la muerte «para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo» (2 Co 4,11).
"En la vida protejo, en la muerte ayudo y en el Purgatorio salvo"
Este martes 16 de julio celebraremos la Solemnidad de la Virgen del Carmen, titular de nuestra parroquia.
Se celebrará la Misa de la fiesta a las 10h y la Misa Mayor a las 19:30h, seguida de la procesión por la calles. Se concluirá con la consagración a la Virgen y el canto de la Salve. A continuación, se procederá al traslado.
He aquí una señal para ti y un privilegio para todos los Carmelitas; quien muera con este hábito (el Escapulario) estará libre del fuego eterno.
Promesa de la Stma. Virgen a San Simón Stock
INDULGENCIA PLENARIA
Con motivo de su fiesta, todos los que visten el Sto. Escapulario pueden aplicar la indulgencia plenaria por un difunto o por uno mismo, con las condiciones habituales: confesión sacramental cerca de la fiesta, comunión eucarística y rezar por el Papa.
CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN
Madre del Carmelo, esperanza mía,
te consagro tomo mi ser
En prueba de mi amor hacia Ti.
Tuyos son mi corazón, mi alma, mi vida,
Mis pensamientos, palabras y acciones.
En tus manos, Madre, pongo
Todo lo que soy, mi vida y mi muerte.
Quiero llevar sobre mi pecho
Tu santo Escapulario
Para gozar de tu protección toda mi vida
Y en la hora de mi muerte,
Y así poder cantar eternamente
En el cielo, junto a Ti,
Las misericordias del Señor,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
Décadas después de que el Beato Juan XXIII determinara que el nombre de San José fuese incluido en el venerable Canon Romano, el Santo Padre Francisco, a través de un decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha decidido que San José sea invocado también en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV.
El decreto Paternas Vices (prot. N. 215/11/L), firmado por el Cardenal Prefecto Antonio Cañizares y el Arzobispo Secretario Arthur Roche, manifiesta así la decisión del Papa Benedicto XVI de acoger las numerosas peticiones recibidas desde muchos lugares en este sentido, una decisión confirmada por su sucesor, el Papa Francisco.
De este modo, en la tercera edición típica del Misal Romano deberá decir, respectivamente:
II: "ut cum beáta Dei Genetríce Vírgine María, beáto Ioseph, eius Sponso, beátis Apóstolis"
III: "cum beatissíma Vírgine, Dei Genetríce, María, cum beáto Ioseph, eius Sponso, cum beátis Apóstolis"
IV: "cum beáta Vírgine, Dei Genetríce, María, cum beáto Ioseph, eius Sponso, cum Apóstolis"
Y en español:
II: "con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y..."
III: "con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y los mártires..."
IV: "con María, la Vigen Madre de Dios, con su esposo san José, con los apóstoles y los santos..."
Quisiera que nos hiciéramos todos una pregunta: Tú, yo, ¿adoramos al Señor? ¿Acudimos a Dios sólo para pedir, para agradecer, o nos dirigimos a él también para adorarlo? Pero, entonces, ¿qué quiere decir adorar a Dios? Significa aprender a estar con él, a pararse a dialogar con él, sintiendo que su presencia es la más verdadera, la más buena, la más importante de todas. Cada uno de nosotros, en la propia vida, de manera consciente y tal vez a veces sin darse cuenta, tiene un orden muy preciso de las cosas consideradas más o menos importantes. Adorar al Señor quiere decir darle a él el lugar que le corresponde; adorar al Señor quiere decir afirmar, creer – pero no simplemente de palabra – que únicamente él guía verdaderamente nuestra vida; adorar al Señor quiere decir que estamos convencidos ante él de que es el único Dios, el Dios de nuestra vida, de nuestra historia.
Dejaría una pregunta: ¿cómo rezas? Sí padre yo rezo, yo le pido a Dios, le doy gracias a Dios, a Jesús, pido ayuda. ¿Nada más? ¿Solamente pedir y dar gracias?
Te pregunto sobre dos modos de oración: ¿Alabas a Dios? ¿das alabanza a Dios porque es tan grande, como lo hacemos en la Misa, en el Sanctus de la Misa? ¿Pero eso con tu corazón lo haces cuando te pones con la presencia de Dios?
Te hago otra pregunta: ¿Adoras a Dios? ¿Te anonadas frente a ese Dios grande y los adoras porque es el único Dios? Para fortalecer la fe que tu oración además de ser pedigüeña, porque ¡hay que ser muy pedigüeño eh! El católico es muy pedigüeño. Además de ser pedigüeña, y de ser agradecida, que tu oración sea alabadora y adoradora de Dios.
Si no adoras a Dios tienes un sustituto. Cualquiera. No sé cuál será… una mascota, un cosmético, no sé.
271. ¿Qué es la Eucaristía?
La Eucaristía es el sacrificio mismo del Cuerpo y de la Sangre del Señor Jesús, que Él instituyó para perpetuar en los siglos, hasta su segunda venida, el sacrificio de la Cruz, confiando así a la Iglesia el memorial de su Muerte y Resurrección. Es signo de unidad, vínculo de caridad y banquete pascual, en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la vida eterna.
272. ¿Cuándo instituyó Jesucristo la Eucaristía?
Jesucristo instituyó la Eucaristía el Jueves Santo, «la noche en que fue entregado» (1 Co 11, 23), mientras celebraba con sus Apóstoles la Última Cena.
273. ¿Cómo instituyó la Eucaristía?
Después de reunirse con los Apóstoles en el Cenáculo, Jesús tomó en sus manos el pan, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros». Después tomó en sus manos el cáliz con el vino y les dijo: «Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la Alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres, para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía».
274. ¿Qué representa la Eucaristía en la vida de la Iglesia?
La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana. En ella alcanzan su cumbre la acción santificante de Dios sobre nosotros y nuestro culto a Él. La Eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia: el mismo Cristo, nuestra Pascua. Expresa y produce la comunión en la vida divina y la unidad del Pueblo de Dios. Mediante la celebración eucarística nos unimos a la liturgia del cielo y anticipamos la vida eterna.
275. ¿Qué nombres recibe este sacramento?
La inagotable riqueza de este sacramento se expresa con diversos nombres, que evocan sus aspectos particulares. Los más comunes son: Eucaristía, Santa Misa, Cena del Señor, Fracción del Pan, Celebración Eucarística, Memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, Santo Sacrificio, Santa y Divina Liturgia, Santos Misterios, Santísimo Sacramento del Altar, Sagrada Comunión.
276. ¿Qué lugar ocupa la Eucaristía en el designio divino de salvación?
En la Antigua Alianza, la Eucaristía fue anunciada sobre todo en la cena pascual, celebrada cada año por los judíos con panes ázimos, como recuerdo de la salida apresurada y liberadora de Egipto. Jesús la anunció en sus enseñanzas y la instituyó celebrando con los Apóstoles la Última Cena durante un banquete pascual. La Iglesia, fiel al mandato del Señor: «Haced esto en memoria mía» (1 Co 11, 24), ha celebrado siempre la Eucaristía, especialmente el domingo, día de la resurrección de Jesús.
277. ¿Cómo se desarrolla la celebración de la Eucaristía?
La celebración eucarística se desarrolla en dos grandes momentos, que forman un solo acto de culto: la liturgia de la Palabra, que comprende la proclamación y la escucha de la Palabra de Dios; y la liturgia eucarística, que comprende la presentación del pan y del vino, la anáfora o plegaria eucarística, con las palabras de la consagración, y la comunión.
278. ¿Quién es el ministro de la celebración de la Eucaristía?
El ministro de la celebración de la Eucaristía es el sacerdote (obispo o presbítero), válidamente ordenado, que actúa en la persona de Cristo Cabeza y en nombre de la Iglesia.
279. ¿Cuáles son los elementos esenciales y necesarios para celebrar la Eucaristía?
Los elementos esenciales y necesarios para celebrar la Eucaristía son el pan de trigo y el vino de vid.
280. ¿En qué sentido la Eucaristía es memorial del sacrificio de Cristo?
La Eucaristía es memorial del sacrificio de Cristo, en el sentido de que hace presente y actual el sacrificio que Cristo ha ofrecido al Padre, una vez por todas, sobre la Cruz en favor de la humanidad. El carácter sacrificial de la Eucaristía se manifiesta en las mismas palabras de la institución: «Esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros» y «Este cáliz es la nueva alianza en mi Sangre que se derrama por vosotros» (Lc 22, 19-20). El sacrificio de la Cruz y el sacrificio de la Eucaristía son un único sacrificio. Son idénticas la víctima y el oferente, y sólo es distinto el modo de ofrecerse: de manera cruenta en la cruz, incruenta en la Eucaristía.
281. ¿De qué modo la Iglesia participa del Sacrificio eucarístico?
En la Eucaristía, el sacrificio de Cristo se hace también sacrificio de los miembros de su Cuerpo. La vida de los fieles, su alabanza, su sufrimiento, su oración y su trabajo se unen a los de Cristo. En cuanto sacrificio, la Eucaristía se ofrece también por todos los fieles, vivos y difuntos, en reparación de los pecados de todos los hombres y para obtener de Dios beneficios espirituales y temporales. También la Iglesia del cielo está unida a la ofrenda de Cristo.
282. ¿Cómo está Jesucristo presente en la Eucaristía?
Jesucristo está presente en la Eucaristía de modo único e incomparable. Está presente, en efecto, de modo verdadero, real y sustancial: con su Cuerpo y con su Sangre, con su Alma y su Divinidad. Cristo, todo entero, Dios y hombre, está presente en ella de manera sacramental, es decir, bajo las especies eucarísticas del pan y del vino.
283. ¿Qué significa transubstanciación?
Transubstanciación significa la conversión de toda la sustancia del pan en la sustancia del Cuerpo de Cristo, y de toda la sustancia del vino en la sustancia de su Sangre. Esta conversión se opera en la plegaria eucarística con la consagración, mediante la eficacia de la palabra de Cristo y de la acción del Espíritu Santo. Sin embargo, permanecen inalteradas las características sensibles del pan y del vino, esto es las «especies eucarísticas».
284. La fracción del pan, ¿divide a Cristo?
La fracción del pan no divide a Cristo: Él está presente todo e íntegro en cada especie eucarística y en cada una de sus partes.
285. ¿Cuánto dura la presencia eucarística de Cristo?
La presencia eucarística de Cristo continúa mientras subsistan las especies eucarísticas.
286. ¿Qué tipo de culto se debe rendir al sacramento de la Eucaristía?
Al sacramento de la Eucaristía se le debe rendir el culto de latría, es decir la adoración reservada a Dios, tanto durante la celebración eucarística, como fuera de ella. La Iglesia, en efecto, conserva con la máxima diligencia las Hostias consagradas, las lleva a los enfermos y a otras personas imposibilitadas de participar en la Santa Misa, las presenta a la solemne adoración de los fieles, las lleva en procesión e invita a la frecuente visita y adoración del Santísimo Sacramento, reservado en el Sagrario.
287. ¿Por qué la Eucaristía es el banquete pascual?
La Eucaristía es el banquete pascual porque Cristo, realizando sacramentalmente su Pascua, nos entrega su Cuerpo y su Sangre, ofrecidos como comida y bebida, y nos une con Él y entre nosotros en su sacrificio.
288. ¿Qué significa el altar?
El altar es el símbolo de Cristo mismo, presente como víctima sacrificial (altar-sacrificio de la Cruz), y como alimento celestial que se nos da a nosotros (altar-mesa eucarística).
289. ¿Cuándo obliga la Iglesia a participar de la Santa Misa?
La Iglesia establece que los fieles tienen obligación de participar de la Santa Misa todos los domingos y fiestas de precepto, y recomienda que se participe también en los demás días.
290. ¿Cuándo se debe recibir la sagrada Comunión?
La Iglesia recomienda a los fieles que participan de la Santa Misa recibir también, con las debidas disposiciones, la sagrada Comunión, estableciendo la obligación de hacerlo al menos en Pascua.
291. ¿Qué se requiere para recibir la sagrada Comunión?
Para recibir la sagrada Comunión se debe estar plenamente incorporado a la Iglesia Católica y hallarse en gracia de Dios, es decir sin conciencia de pecado mortal. Quien es consciente de haber cometido un pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar. Son también importantes el espíritu de recogimiento y de oración, la observancia del ayuno prescrito por la Iglesia y la actitud corporal (gestos, vestimenta), en señal de respeto a Cristo.
292. ¿Cuáles son los frutos de la sagrada Comunión?
La sagrada Comunión acrecienta nuestra unión con Cristo y con su Iglesia, conserva y renueva la vida de la gracia, recibida en el Bautismo y la Confirmación y nos hace crecer en el amor al prójimo. Fortaleciéndonos en la caridad, nos perdona los pecados veniales y nos preserva de los pecados mortales para el futuro.
293. ¿Cuándo se puede administrar la sagrada Comunión a los otros cristianos?
Los ministros católicos administran lícitamente la sagrada Comunión a los miembros de las Iglesias orientales que no están en plena comunión con la Iglesia católica, siempre que éstos lo soliciten espontáneamente y tengan las debidas disposiciones.
Asimismo, los ministros católicos administran lícitamente la sagrada Comunión a los miembros de otras comunidades eclesiales que, en presencia de una grave necesidad, la pidan espontáneamente, estén bien dispuestos y manifiesten la fe católica respecto al sacramento.
294. ¿Por qué se dice que la Eucaristía es «prenda de la gloria futura»?
La Eucaristía es prenda de la gloria futura porque nos colma de toda gracia y bendición del cielo, nos fortalece en la peregrinación de nuestra vida terrena y nos hace desear la vida eterna, uniéndonos a Cristo, sentado a la derecha del Padre, a la Iglesia del cielo, a la Santísima Virgen y a todos los santos.
«En la Eucaristía, nosotros partimos "un mismo pan que es remedio de inmortalidad, antídoto no para morir, sino para vivir en Jesucristo para siempre"» (San Ignacio de Antioquía).
A) Busca un momento y lugar adecuados.— Por intensa que sea tu jornada, siempre encontrarás un remanso para evadirte unos minutos ---¿diez, quince?--- y recogerte en una habitación más o menos tranquila, lejos de la televisión y el teléfono. Ten a la vista alguna imagen piadosa ---un crucifijo, un cuadro de Nuestra Señora---, y llévate el Evangelio u otro texto para meditar, y quizá una libreta donde apuntar ideas y propósitos.
B) Ponte en presencia de Dios.— Aparta pensamientos vanos e inoportunos y busca dentro de ti a Nuestro Señor. Para conseguirlo recita piadosamente alguna oración vocal.